martes, agosto 09, 2005

Inventando la rueda

Este Blog lo escribo para todos aquellos que quieren (quiero) inventar la rueda todo el tiempo, y después nos lamentamos de que las cosas no funcionan.
Antes quiero proponerles que voy a continuar en la página siguiente para evitar un blog tan largo en un inicio.

2 comentarios:

Gonzalo Torrealba dijo...

Entonces, ¿qué es lo que hay que inventar y que no en un emprendimiento?, ¿qué rasgos hay del emprendedor tozudo que inventa todo y se desgasta? son parte de las preguntas que tengo en la cabeza.

Bueno, para comenzar me declaro culpable. Confieso todo, incluso caer en la tozudez máxima cuando me fijo alguna meta. Confieso también que con el tiempo esto ha sido menos.

En que tipo de actitudes se puede observar a un orgulloso emprendedor que quiere adjudicarse la autoría casi total de lo que hace, cayendo en la ceguera del inventor de ruedas del siglo XXI.

Primero, es un instinto de un desamor y falta de atención en lo que otros hacen. Mucha atención en el ombligo propio, y con displicencia por el ajeno. Este síntoma es casi una parada obligada para desmerecer a competidores o colegas que realizan actividades parecidas, y si es posible chaquetearlo.

Otro síntoma es más difícil de describir para mi. Siento que hay una parte que aún no entiendo bien. Me lanzo con lo que puedo. Hay una descripción de la solidaridad y el emprendimiento que hace Fernando Flores (www.fernandoflores.cl) que no se si está en su blog de ahora, pero, tiene que ver con que; mucho de lo que soy ahora, no es un resultado individual, ni de mi creación, sino más bien que soy una serie de tradiciones en las que estoy involucrado me guste o no me guste. Ahora estas tradiciones se traducen en mi forma de hacer las cosas, o de pensar, o modos... en este contexto no invento NADA, pero ahí es donde viene la parte entretenida, y tiene que ver con el sentido generoso del emprender, y el arraigo a las comunidades que habla Flores (no lo reduzco, invito a leer y tener su propia interpretación). Emprender no es un acto individual y pensado para si mismo, sino que tiene un sentido de hacer historia, y el amor me enorgullece. En ese contexto tratar de ser tozudo e inventar la rueda es absurdo.

Sea por donde sea, si quiere lo mira por el lado económico. Un tozudo sale caro para cualquier empresa. Cada vez que ahora me enfrento a una decisión y puedo ver el punto de vista de otro, obtener feed-back de alguien y abrir mis emprendimientos, me siento en la posibilidad de crecer más, de tener más sentido para las comunidades que me importan y aceptar que lo que hago al emprender no es por ser brillante, sino que para hacer sentido a más personas con la nueva oportunidad que supe captar para ellos.

Termino haciendo siempre una invitación; ¿en que soy sordo?; ¿en que mi ceguera me hace más vulnerable a no poder llegar a concretar mis sueños?; ¿Dónde puedo aprender a confiar en otros y a cederles su espacio para construir sueños comunes?; ¿qué es lo que invento, y que es lo que pierdo cuando generosamente abro la posibilidad de aceptar la brillantes de otros para mejorar mi emprendimiento?.

Nos vemos, espero sus comentarios.

Gonzalo T.

Anónimo dijo...

Te felicito por los avances en comentarios que haz tenido en tu blog.

Suerte y nos encontramos aquí o en el mundo.