Existe un mandamiento en el emprendimiento: “No te enamorarás de tu proyecto!”. La verdad es que fuera de ser un buen consejo, yo lo veo casi imposible.
Siempre cuando quiero explicar la diferencia entre comprometido e involucrado utilizo una vieja metáfora que escuché de otro emprendedor:
“Al realizar una paila de Jamón con Huevo:
¿La gallina está comprometida o involucrada? // ¿El Chancho está comprometido o involucrado?”
No hay manera de que un emprendedor esté involucrado con su proyecto, está o no está, espero que no cómo el chancho que tuvo que morir… pero a decir verdad, la mayoría de los grandes emprendedores han muerto sin que sus innovaciones salgan a la luz.
¿Cómo continuar si no estás enamorado (a)?
Volviendo al mandamiento “No te enamorarás de tu proyecto”, es el ideal para no dejar que nuble tus decisiones, pero dudo que logre algo en algún minuto, porque las fuerzas de avanzar día a día están precisamente en cuánto amor le tengas a ese futuro maravilloso que diseñé (amos).
Esto es porque creo que emprender es un buen sinónimo de compartir, y no solo compartir las ganancias, sino que también para compartir precisamente los momentos más difíciles.
Estar enamorado es mirado normalmente como un estado de locura, de ausencia del juicio. Tal vez lo sea, pero es también un gran motor para impulsar el movimiento de algo que no existe, de sentir que se tienen poderes especiales para lograr lo que otros no han logrado, y eso en si mismo ya es una ganancia. La vida se vive una sola vez y la prefiero enamorado!.
Nos vemos!
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