domingo, octubre 03, 2010

Una declaración temida en todo emprendimiento es el NO en todas sus formas:
  • No, muchas gracias por ahora
  • No, te llamamos
  • Esta super buena tu idea, y creo que puedes tener mucho éxito … pero la verdad es que nosotros no estamos preparados aún, y ….



El NO es como lo describiría un vendedor, el inicio de la venta, antes de ese NO, simplemente estaba entregando un pedido. Para los emprendedores no hay pedidos, hay oportunidades.

Muchos emprendedores toman su plan de negocios como el periódico bajo el brazo y salen a buscar clientes o inversionistas, algo parecido a lo que le sucedió a Ed Wood.

¿Para cuántos NO está hecho el emprendedor?
Cada uno conoce su capacidad para recuperarse, o cuánto le afectan las cosas, pero parte de la vida del emprendimiento dependerá de las dos habilidades necesarias ante un NO; saber ganarse un SI o aceptar la pérdida y pasar luego a la siguiente etapa.
Esto se parece más a la capacidad de seducción en una fiesta, donde tradicionalmente los hombres dábamos vueltas buscando a las chicas para bailar, y nos convertíamos en verdaderos depósitos de NO, hasta que…

Las probabilidades que le den a uno un SI es bajísima!... ¿Para qué innovar? ¿Para qué meterse en un nuevo problema?. Si fuera por probabilidades nadie emprendería, así que mejor dejamos las estadísticas fuera y trabajamos sobre las técnicas que están a nuestro alcance.

Ganarse un SI luego de recibir una negativa es muy similar a mi gusto con conocer nuestra forma de reaccionar ante la pérdida. La habilidad de lograr revertir el resultado es primero un enfrentamiento interno con sus propias inseguridades, y luego como en el juego de la seducción, volver a incorporarse, pero esta vez con algo más de información del otro. Claramente lo que más he visto han sido a los emprendedores que se quedan cortos en la primera parte, y suelen salir malheridos.

¿Por qué me dijeron que NO? Esta puede ser una pregunta que aborda automáticamente el inconsciente, y las respuestas pueden estar tanto en lo personal como en la innovación. Ahora bien propondría otra pregunta a mi juicio menos personal y que puede abrir más oportunidades: ¿Por qué ÉL /ELLA dijo que no?  Con esta pregunta trato de diferenciar que la negativa no fue a mí, sino que hay una posibilidad para conocer más acerca del otro, y desde dónde operan sus temores o barreras para lograr avanzar a un siguiente plano.

No estoy diciendo que sea infalible, pero me ha permitido lograr explorar más en las necesidades del cliente que tengo enfrente versus atribuir un peso negativo a mis talentos o las características de la innovación, pues yo sabía de antes que las probabilidades de lograr éxito eran bajas, ese era un dato solamente, y lo que tengo adelante es la oportunidad de explorar cual es la barrera para derrotar esas probabilidades.

Creer que lo que nosotros vemos como algo concreto en la proyección de nuestra innovación es la forma en que los otros “debieran” verlo es también fuente de frustración, y puede que sea la emoción justamente opuesta a la de la inseguridad. Lo que tienen en común es que en ambas perdemos de vista al otro, y nos centramos exclusivamente en el NO.

¿Están de acuerdo?

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