domingo, agosto 08, 2010

Frustración y porfía (En el día del niño)


“A mí me encantaría emprender, pero me da miedo…”
“Tengo una idea súper buena… la tengo hace rato… lo único que me falta es llevarla a cabo…” (Imagínese esta frase al fragor de una buena parrilla y un par de cervezas).
Mis amigos me suelen preguntar cómo es posible que yo insista tanto en el emprendimiento, habiendo tenido tanto éxitos como fracasos, pero mayoritariamente las personas tienden a recordar los fracasos, o desean por miedo a ver el “potencial sufrimiento”, advertir esa situación.

El fracaso en el sentido común es igual a perder, a hundirse (historia de la palabra) y en definitiva es una condición no deseada. Pero ¿por qué creo que eso no es así?, ¿solo yo lo pienso así? No y menos mal que no es así, aquí algunas citas validadas por varios líderes.
Bueno, pero ¿a qué le temen las personas?, ¿cuál es el sufrimiento tan poderoso que no deja avanzar?, ¿qué cosa puede impedir mi sueño?, -dejar mi ideales- ¿eso acaso no es más frustrante?
No quiero decir que para emprender no hayan riesgos medidos, creo que es una de los grandes aprendizajes que he tenido en esta ruta que he recorrido como emprendedor, pero una cosa es tomar riesgos y ver potenciales formas de disminuirlos, pero otra cosa es no hacer nada, inmovilizarse, que dicho en lenguaje más propio de los “congelados” es responsabilidad.

Los niños saben mucho más de esto, y definitivamente los amoldamos para que desaprendan rápidamente el valor de ser “osados” y se conviertan en obedientes. En nuestra naturaleza está más el instinto de hacer lo que nos divierte y hace feliz, pero lamentablemente lo castramos como sociedad.
Este video se podría llamar “Cómo los niños saben más que un MBA” y muestra claramente la pretensión por lograr resultados luego de largos procesos (generalmente mentales y de mucha discusión) por parte de los "adultos", mientras que los niños hacen muchos intentos para lograr finalmente dar con el resultado esperado (ta taa!). La diferencia, es que los niños tienen mucho menos miedo a la frustración!
En el día del niño quise dedicar esta pequeña reflexión que va más allá de un saludo a los niños, creo que los adultos tenemos aún el desafío de aprender mucho más sobre nuestra esencia, a no negar nuestras posibilidades de ser niños, y disfrutar de algo tan simple como equivocarse como si no fuera el fin del mundo.
Feliz día del ÑIÑO.

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